9/11/07

Fairbanks

Llevo un par de semanas con ganas de mudarme a Fairbanks, una ciudad norteamericana situada en Alaska. ¿Por qué iba a querer algo así?. Pues porque reune un montón de fenómenos extremos o muy muy curiosos en apenas una ciudad de 35.000 habitantes.

Hablo de cosas como la aurora boreal, muy visible varias noches de verano en tan peculiar sitio. O del día sin noche, que coincide con el solsticio de verano, y durante el cual la luz solar no cesa en todo el día.



Los fairbankenses organizan jornadas deportivas "nocturnas" aprovechando la luz del sol. Conocidas son las noches del golf con jornadas de lo más extrañas. No me gusta el golf, pero pagaría por probar a hacerlo de 12:00am a 4:00am como si fuera plena tarde.

También me atraen las temperaturas extremas. En Fairbanks, la temperatura media en enero es de 35 grados bajo cero, con mínimas de menos 54 grados. Me imagino saliendo disfrazado de pingüino con veinticuatro jerseys y doce pantalones, para ir a comprar leche, deseando volver a casa a taparme bajo un millón de mantas con mi colacao calentito.

En el solsticio de invierno, la luz del sól es sólo visible durante tres horas y pico. ¡Qué emoción! ¡te echas a la siesta al amanecer y te despiertas nuevamente de noche!

Eso sí, irme solo significaría depresión absoluta en esas noches eternas, así que si alguien se atreve, que vaya tramitando el visado y me mande un mail con la fecha preferida.

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