Él me decía que se alegró al leer mi último post, pero que no le parecía bien que me tomase la vida tan en serio. A mí no me parece bien no tomársela en serio, porque sólo hay una, y aunque mucha gente tiene la sensación de que la vida es larga, y pierden la concepción del presente para alojarse eternamente en el futuro, cada segundo es irrecuperable. ¡IRRECUPERABLE!.¿Por dónde iba?. Ah sí... como decía y reconfirmaba con Víctor, el tiempo es irrecuperable, y no podemos perder ni uno solo de esos segundos haciendo cosas que no nos apetece hacer, perdiendo el tiempo con gente que no merece ni uno solo de esos segundos, o dejando de hacer cosas que realmente nos APETECE hacer.
Por esto y muchas otras cosas hay que dedicarse al presente, al minuto a minuto, así que ahora a trabajar duro con el papeleo de easyJet, a limarme los cuernos para que quepan en el avión, a pasar los días que me quedan con la familia, los amigos de verdad, y prepararme para una vida diferente.
Hoy le contaba a J que me escribió un tipo un e-mail para decirme que le ponían muchísimo los chicos con uniformes. A lo que yo le contesté que me extrañaba su e-mail, porque no recordaba haber publicado ningún post en el que saliera yo con uniforme.
Pues bien, después de un exhaustivo análisis del blog, mi querido degenerado lector tenía razón. Y J me dijo que es curioso que me dijera eso, porque jamás había visto a nadie a quien le quedara peor un uniforme. Entonces le expliqué que eso fue porque el primer día me tomaron las medidas, las apuntaron en un papel A4 en blanco, le pusieron mi nombre, y cuando terminaron de medirme hasta el paquete cogieron el papel y lo tiraron a la basura para darme dos uniformes XL.
Esta vez será diferente, y quizás peor porque aquí no te mide nadie, te piden las tallas directamente, y como en Inglaterra las tallas son diferentes, te adjuntan cuatro tablas de conversión para diferentes zonas y países, entonces mi talla de zapatos es: 8,5, 42, 41, o 43, según de dónde sea. Entre eso y que según el fabricante un 43 es enorme o me queda pequeño, cuando llegue allí y me den la bolsita lo voy a flipar, seguro.
Y todo esto viene a que yo le explicaba que para mí es importante elegir bien la talla porque es así como te vas a ver durante meses o años, y es frustrante mirarse al espejo y decir "qué cosa más horrible metida en esa bolsa de patatas". Así que este año que entra, para que quede en mis recuerdos y para satisfacer a mi lector depravado, volveré a colgar una foto con el nuevo uniforme.
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