14/8/17

El cementerio de recuerdos

Estoy en Taipei, capital de Taiwan, donde son la 1:57 de la madrugada en el momento en el que escribo estas líneas. Llegué aquí hace un par de días desde Tokio, adonde fui por amor. O al menos por el concepto de amor que tengo ahora, bien cerca de cumplir los 32 años.


Seguramente el Pablo que empezó a escribir este blog allá por... ¿2003? tendría una acalorada discusión al respecto. Tampoco me sorprendería, pues creo recordar que le gustaba discutir incluso por el simple hecho de comprobar que podía defender una idea y la contraria a la vez. Sin despeinarse.

Como decía, vengo de Tokio. Allí salió el tema de este Blog y la cantidad de cosas que aquí quedaron escritas y yo ya no recuerdo. Y voy más allá, algunas de esas cosas ya sólo están en este blog, y no están ya en mi cabeza. Blogger fue algo así como el precursor de iCloud, y todas esas cosas que luego nos vendieron como "la nube". La cuestión es que no me atrevo a leer este diario. Me da pánico revivir mi pasado, los sentimientos que viví o las vivencias que experimenté. Al fin y al cabo siempre presumí de mi capacidad para olvidar las cosas que me han marcado, ¿qué sentido tendría volver voluntariamente a leer lo que escribí?



La cuestión es que por algún motivo creo que era positivo venir aquí y contar las cosas a la nebulosa de anónimos que pudiesen llegar hasta aquí, desde los más extraños resultados de búsqueda. Es así que me dispongo a retomar aquella vieja costumbre de poner algo de música y dejar que las palabras fluyan. Lo que dure la fluidez. No tengo ninguna intención de volver a leer nada de lo que escribí aquí, y seguramente eso tampoco cambie en el futuro, pero... Incluso si así fuese, me encanta la idea de haber ido enterrando etapas de mi vida en este, mi enorme cementerio de recuerdos. Y si algún día me siento preparado y con fuerzas, volver a entrar y, por qué no, dejar algunas flores.

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